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viernes, 31 de enero de 2014

Sobre las CPP sanitarias-Evento en el Club PPP del iE

La colaboración público-privada en el sector sanitario puede ser la clave del futuro de la gestión de la Sanidad pública, pero existen algunos problemas que es necesario solucionar.

El Club PPP del Insitituto de Empresa organizó el miércoles un evento sobre la colaboración público-privada en el sector de la sanidad (CPP Sanitarias), en el que intervinieron representantes de la sanidad tanto del sector público (Juan José Güemes, ex-Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid) como del privado (Albero de Rosa, CEO de Ribera Salud, Javier Murillo, Director General de SegruCaixa Adeslas y Eduard Rius, Director de Infraestructuras Sanitarias de Acciona Concesiones).

Las ponencias y el debate suscitado a continuación fueron muy interesantes, y además de revisar las cuestiones fundamentales sobre la colaboración público-privada, se explicaron varios modelos (Alzira, Muface), pero sobre todo se apuntaron los problemas que ahora mismo afronta este tipo de CPP, siempre con el trasfondo de los últimos acontecimientos ocurridos en torno a los hospitales de Madrid (a los que dedicaré un próximo post). 

De lo dicho creo que se pueden extraer tres conclusiones fundamentales: 
  1. La primera, que la evolución del sector sanitario pasa por una flexibilización de la gestión sanitaria, y por maximizar la libertad de elección del ciudadano-usuario, fines para los que las fórmulas más avanzadas de colaboración público-privada resultan idóneas.
  2. La segunda, que el personal sanitario es un factor absolutamente clave en dicha evolución, no sólo por ser el que representa la mayor partida de gasto hospitalario, sino (y muy fundamentalmente) por el “alto voltaje político” (sic) que existe en el sector. A estos efectos, la formación, la comunicación y el tratamiento organizado y centralizado de toda la información disponible (que lo está) es esencial.
  3. Finalmente que, como en todo proyecto de CPP de cierta envergadura, la base de la decisión debe ser la aportación de mayor valor por cada euro invertido en el proyecto de colaboración público-privada (value for money) y la clave del éxito del proyecto, la comprensión por parte de la Administración de todos los intereses de las partes implicadas. 
A estas conclusiones yo añadiría otra que considero muy relevante: que es muy importante que el diseño de la CPP se materialice finalmente en unos pliegos de contratación que reflejen adecuadamente todos aquellos intereses y que minimicen (ya que no pueden evitarse completamente) los riesgos jurídicos, pero que no es menos importante que la ejecución de la contratación contribuya a evitar también esos riesgos, en la medida de los posible pues, como se ha visto en el desenlace de la licitación de la externalización de los servicios de bata blanca en Madrid, su materialización puede impedir completamente la ejecución de un modelo bien concebido, e incluso muy necesario. 

Seguiremos hablando de estos problemas...